En los países occidentales, los radares están consolidados como una fórmula fundamental para paliar el factor de riesgo que es la velocidad excesiva. La DGT ha demostrado, según varias investigaciones, que existe una relación directa entre el descenso de la siniestralidad y la proliferación de los radares.
Más radares implica menos muertes. Por eso, las autoridades contemplan el radar como una herramienta muy útil de cara a alcanzar metas como el Objetivo Cero Muertes, tan ambicioso como necesario en la sociedad actual.
¿Más radares en 2019?
Pere Navarro, director de la DGT, ha mencionado en varias ocasiones desde que comenzó a ocupar el cargo su intención de aumentar el número de radares. Con la visión puesta en la estrategia europea, la intención del actual equipo de la DGT es modificar los aspectos que afecten a la velocidad en las carreteras. Esto se plasmará en el futuro con descensos en los límites de velocidad y un aumento en el número de radares.
Nada nuevo, se trata de continuar la tendencia que la DGT inició hace más de una década. Así ha sido durante este último año que acaba. Los nuevos ejemplos de instalación de radares se pueden encontrar en la provincia de Pontevedra y en la ciudad de Valencia.
Y es que los radares se encuentran dentro del grupo de medidas de seguridad vial que mejor funcionan. Según las últimas investigaciones a nivel nacional, el número de accidentes se reduce en un 22% en aquellas localizaciones donde se instala un radar.
La mejora de la eficacia de los radares también trae consigo la capacidad de detectar más infracciones sin necesidad de aumentar su número. Algo que que está aumentando gracias a las mejoras tecnológicas que aportan los últimos radares, como el Multaradar C.
Alcanzando el objetivo Cero Muertes
A un año de alcanzar la próxima década, todos los agentes sociales relacionados con la seguridad vial conmemoran que hace 20 años surgió en Suecia una movimiento fundamental: Visión Cero.
Este impulsó una nueva forma de movilidad mediante la inversión en sistemas de tránsito que salvan vidas. Desde 1997, numerosos organismos públicos y compañías (entre las que encontramos fabricantes de automóviles), han abrazado un lema, el de la consecución de cero muertes como consecuencia de los accidentes de tráfico.
Este podría sonar utópico cuando se planteó a finales del siglo anterior. Sin embargo, en nuestros días ha pasado a ser un objetivo factible. De este modo, las autoridades europeas pretenden que en 2030 se reduzcan los fallecidos en carretera en más de un 50%.
La velocidad como factor de riesgo
Para conseguir la meta de cero muertes, todos los organismos implicados analizan las causas de la siniestralidad vial. Entre estas, la velocidad es un factor protagonista, junto con el alcohol. Las estadísticas de 2017 nos muestran que, a lo largo de ese año, superar los límites de velocidad por encima de los márgenes fue el motivo de hasta 300 muertes en España.
Es un factor concurrente en todos los países de nuestro entorno. De ahí el progresivo aumento del número de radares en los mismos. Si bien es cierto que España, en cuanto a número de radares, ocupa el segundo puesto en la clasificación de países con más radares (solo nos supera Italia), la tendencia en países como Portugal o Francia también tiende a ser un incremento en el número de dispositivos.
Para la próxima década se prevé, por tanto, un mayor control de la velocidad por parte de las autoridades europeas. Por eso, contar con tecnologías como las que ofrece Coyote se antoja una necesidad más actual que nunca. El hecho de que nos avise de un radar próximo no solo nos evita la sanción económica y multa. También contribuye a que seamos más conscientes de lo crucial que supone moderar la velocidad.
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