Oficialmente, la Operación Retorno terminó según la DGT el pasado 2 de septiembre. Aunque todavía hay mucha gente que disfruta sus vacaciones a lo largo de este mes, en nuestro caso es más que probable que ya estemos de vuelta y nos hayamos incorporado al trabajo, los niños al colegio, etc.
Habrán sido meses en los que probablemente hayamos gastado más de lo habitual, y nuestro vehículo ha sido una de las fuentes de este gasto: combustible, peajes, aparcamiento, revisión de taller… Pero, ¿estamos seguros de que los gastos ya han terminado? ¿O todavía nos queda alguna desagradable sorpresa por recibir?
Los radares, temidos pero necesarios
Los controles de velocidad con radares son uno de los factores que más preocupan a los conductores. Cierto que no seremos multados si conducimos respetando los límites. El problema viene de esas veces en que superamos los límites sin darnos cuenta:
- porque se nos ha ido el pie con el acelerador y nos distraemos;
- o porque desconocíamos el límite real de la vía en cuestión.
Según las recientes declaraciones de Pere Navarro, director de la DGT, los resultados provisionales de siniestralidad de este verano son preocupantes. 259 personas fallecidas entre julio y agosto, un 15% más que el año pasado. De modo que dos de las medidas que Navarro propone para cortar esta tendencia son:
- la colocación de más radares durante este 2018 y en 2019;
- reducir el límite de velocidad de 100 a 80 km/h en carreteras convencionales, donde han tenido lugar el 77% de los accidentes.
Multa por exceso de velocidad, un disgusto merecido
Las infracciones, en general, se notifican al propietario del vehículo. Bien a su correo electrónico, bien a su dirección postal por correo ordinario. Si el propietario no fuese el infractor, se le envía notificación al conductor responsable. También existen unos plazos marcados por ley para estas notificaciones, pues existe la prescripción de la infracción si se superan esos plazos.
Si somos captados por un radar fijo, lo habitual es que nos llegue a nuestro domicilio la notificación entre una y tres semanas. Si ha sido con radar móvil, el plazo podría ser algo mayor. Así, podemos pensar que si, por ejemplo, hemos estado de vacaciones en julio, ya nos debería haber llegado la multa en caso de que hubiésemos sido sancionados. Pero no cantemos aún victoria, pues la notificación puede retrasarse por muchos motivos, especialmente en verano y si hemos veraneado fuera de España.
¿Cómo evitar disgustos innecesarios?
Si finalmente hemos sido fotografiados por velocidad, seremos sancionados con una multa de entre 100 y 600 euros, y la posible retirada de hasta 6 puntos del carné. No es algo que guste, y tiene como objetivo servirnos de escarmiento y de advertencia. Quizás incluso nos planteemos tomar medidas para evitar cometer errores en futuros viajes.
Una de las mejores que podemos tomar es disponer de un asistente a la conducción como los dispositivos Coyote. Estos aparatos nos ayudarán a evitar cometer los mismos errores de varias formas:
- Advirtiendonos cuando superemos el límite de velocidad de una vía. Coyote sabe perfectamente cuál es el límite en cada caso.
- Avisándonos cuando lleguemos a un tramo controlado por radar, con la tranquilidad de que Coyote actualiza cada día su base de datos de radares.
Quizá podamos pensar que para ahorrarnos una multa de vez en cuando no merece la pena hacerse con un asistente a la conducción. Pero no es una cuestión de “ahorrarnos dinero”, sino de tener la tranquilidad de que estamos circulando de forma segura, y de que no estamos poniendo en peligro nuestra vida o la de todos los que nos acompañan.
Siempre podemos probar de forma gratuita durante 15 días la Aplicación Coyote para smartphones, y conocer de primera mano muchas de las funciones de las que podemos disfrutar con un dispositivo Coyote.
En My Coyote | Estos son los radares que más multan en las carreteras españolas, ¿tienes alguno cerca?
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