La mayoría de los conductores se percatan antes o después de que los radares suelen estar “escondidos”. Incluso aquellos radares fijos que aparecen señalizados y marcados cientos de metros por delante resultan poco visibles. Detrás de un puente, tras una columna, pórticos, en cabinas… ¿por qué?
¿Por qué no ponerlos simplemente a la vista de todo conductor? El que en ocasiones aparezcan ocultos hace que se levanten sospechas. Algunos conductores incluso pueden llegar a pensar que se camuflan con fines recaudatorios. No es el caso, los radares están poco visibles por seguridad.
¿Es obligatorio señalizar los radares?
Hay dos normativas que obligan a señalizar los radares fijos, pero no ocurre así con los radares móviles. La primera es la Ley Orgánica 4/1997, de 4 de agosto. Habla sobre la utilización de videocámaras por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad en lugares públicos. Técnicamente, una carretera es un lugar público.
La segunda es el Real Decreto 596/1999 de 16 de abril, que “baja a tierra” la ley anterior. En el Artículo 22 de este decreto se puede leer el por qué es obligatorio informar a los conductores de que hay un radar. Básicamente, que existen videocámaras fijas, y si se graba se debe informar.
Encontramos leyes similares en países de nuestro entorno, como en Francia, Portugal, Italia… En estos países también es obligatorio señalar los radares fijos, pero los radares móviles pueden quedar sin marcar en las carreteras.
Esconder los radares para evitar distracciones
Si el lector acostumbra a conducir, seguro que se ha encontrado alguna vez con la siguiente situación. En un tramo de autopista con curvas se observa cómo los vehículos reducen bruscamente su velocidad durante cientos de metros. A menudo las distancias de seguridad no se cumplen o se forma una ligera retención.
Sin embargo, unos metros más allá los coches vuelven a una velocidad más elevada, y la densidad del tráfico desaparece. Esto ocurre a menudo cuando un radar sorprende a los conductores, que frenan de golpe al verlo, frecuentemente muy por debajo de la velocidad a la que se dispara la foto.
La situación es similar a cuando conducimos distraídos pero nuestro copiloto está pendiente. Si este visualiza un radar y avisa de golpe, “¡Cuidado, radar!”, lo más probable es que frenemos de más.
En un periodo de tiempo mínimo nos damos cuenta de que nuestra velocidad podría ser demasiado elevada. Por miedo a ganar una multa, frenamos por instinto, y eso supone un enorme problema de seguridad al volante. El objetivo de colocar radares es aumentar la seguridad, no reducirla.
De ahí que los radares fijos estén señalizados pero estos no se vean de una forma tan fácil. A veces nos damos cuenta de ellos porque los vemos alejarse por el retrovisor. La mayoría de las veces se encuentran dentro de una cabina o tras infraestructuras como puentes.
Pero, ¡si es que van a pillar!
Hace tiempo el medio Autopista.es publicaron una serie de fotografías que “indignan a los conductores”. Arriba podemos ver tres de ellas. Estas fotografías formaban parte de una recopilación mucho mayor de fotos en la que se observa muchos radares móviles ocultos en el sentido de la marcha.
Destacaba que en muchas ocasiones los Cuerpos de Seguridad habían escondido los radares con insistencia. Los radares móviles aparecían detrás de marquesinas, ocultos tras amortiguadores de impacto o “camuflados” bajo contenedores. Cualquier objeto valía para ocultarlos, de ahí que algunos conductores se indignasen al descubrirlos in fraganti.
Así puedes “ver” también los radares móviles
Hemos visto que tanto los radares fijos como los móviles suelen estar escondidos por seguridad. Lo último que busca la DGT en las carreteras son frenazos bruscos porque nos percatamos de uno en el último segundo. Además, los radares móviles no suelen aparecer señalizados. ¿Hay modo de verlos?
Si, con los dispositivos Coyote. Podemos avisar a otros usuarios de la vía de que hay un radar móvil en cierto punto de la carretera, así como recibir el feedback de los vehículos que nos preceden. Gracias a esta red colaborativa los conductores podemos avisarnos mutuamente y compartir información.
Esta información aparecerá sobre nuestra pantalla con hasta 30 kilómetros de antelación, por lo que se evita cualquier “frenada de emergencia” al intentar corregir bruscamente nuestra velocidad. Sabremos de antemano que a varios kilómetros hay un radar, y podremos adecuar nuestra velocidad antes. Instálate la aplicación Coyote y disfruta de 15 días de prueba gratuita.
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Imágenes | iStock/Guven Polat, iStock/neko92vl