La carrera de Carlos Sainz –reciente ganador del París-Dakar– no podría explicarse (ni posiblemente hubiese sido tan exitosa) sin la presencia de Luis Moya, el copiloto que lo acompañó durante su trayectoria en el World Rally Championship.
Los dos títulos mundiales ganados por ambos con Toyota en 1990 y 1992 podrían palidecer ante los nueve títulos de Sébastien Loeb o los cinco de Sébastien Ogier. Pero Sainz y Moya son aún la segunda pareja con más podios en la historia del Campeonato Mundial de Rallies, no muy lejos de la formada por Loeb y el monegasco Daniel Elena.
Luis Moya, un copiloto campeón
El valor de Luis Moya como copiloto no ha pasado nunca desapercibido. El gallego fue galardonado por la prensa especializada con el Trofeo como Mejor Piloto del año 98. Fue el primer copiloto sin título mundial en lograrlo.
Aquel año ocurrió el famoso campeonato perdido a 400 metros de la meta en la última etapa del mundial. Siempre recordaremos a Luis con el extintor en la mano gritándole a Carlos aquello de “¡Trata de arrancarlo por Dios!”.
Aquel triste episodio guarda, sin embargo, una doble lectura. Aunque Moya sabía desde el primer segundo que la avería era irreparable, en ningún momento se dio por vencido. Ni, lo más importante, dejó de animar y apoyar a su compañero.
De forma similar a cuando, en el 94 y también rozando el triunfo, el Subaru en el que competían se salió de la pista. Carlos se daba por vencido con un “La cagamos Luis”, a lo que él replicó “No la cagamos, ¡dale!”. Ahí radica el verdadero valor de un copiloto, en mostrarse infalible incluso en los momentos más difíciles e incombustible cuando las fuerzas flaquean.
La confianza en un buen copiloto
La base del trabajo del copiloto son las pacenotes, el cuaderno de notas donde se recogen los detalles de cada etapa (distancias, curvas, cambios de rasante, inclinación, etc). Estas pacenotes son facilitadas por la organización de la carrera. Son el “mapa” oficial sobre el que los peligros están resaltados.
Sin embargo, a estas indicaciones los copilotos añaden sus propias anotaciones personales, más importantes aún si cabe fruto de las recce (reconnaissance), las vueltas de reconocimiento que los corredores dan unos días antes de la carrera.
Durante las mismas, los copilotos tienen un papel totalmente multitarea, aunque su función más importante es la de informar y comunicarse con su piloto. De Luis Moya siempre ha destacado su forma de cantar las notas, con una rapidez, claridad y potencia que le permitía imponer su voz por encima del ruido del motor (incluso cuando al principio no había interfonos).
Pero también destaca su forma de cambiar de entonación para advertir de los imprevistos, así como su capacidad para no perderse en la lectura de las notas bajo ninguna circunstancia. Todo ello circulando a 200 kilómetros por hora y mostrándose fiable e impecable ante su compañero.
Moya tenía el poder de conferir a Sainz seguridad y confianza al volante. De hecho, la confianza es quizá el rasgo que más caracteriza la relación de un piloto y su copiloto, la que Carlos depositaba en Luis para guiarle, y la que Luis supo ganarse con su buen hacer a lo largo de los años.
Coyote, el copiloto de miles de conductores
Aunque Luis participara en alguna prueba más después de su retirada oficial en 2002, ahora opta por cómodas berlinas familiares para su día a día. Conducir seguro y poder anticiparse a cualquier imprevisto es clave,y se decanta por modelos que le permitan reaccionar con total seguridad.
Hemos visto en muchas ocasiones a Luis Moya haciendo uso de nuestro asistente Coyote, un auténtico copiloto para millones de conductores en toda Europa. Las claves que hacen especial a Coyote son las mismas que los grandes copilotos de la historia como Luis Moya.
Cualquiera puede tener acceso un mapa de carretera, pero lo que destaca de Coyote es su capacidad para mantenernos actualizados e informados de todas las novedades. Incidencias de la vía, radares, accidentes, peligros, etc. En este sentido, la comunidad Coyote a lo largo de toda Europa sirve como un inmenso recce con las anotaciones y advertencias de miles de conductores.
También destaca la forma que tiene Coyote de “cantarnos” las pacenotes con indicaciones por voz claras y concisas que nos ayudan a tomar decisiones. Ayuda una interfaz limpia y cuidada que nos permite conocer toda la información necesaria de un vistazo.
Así, los dispositivos Coyote nos transmiten seguridad y confianza. Precisamente la misma confianza que se han ganado a lo largo de los años con sus miles de usuarios, con su fiabilidad y profesionalidad. Al igual que Luis Moya se la ganó con Carlos Sainz a lo largo de tantas carreras.
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Imágenes | iStock/sportpoint, Coyote, Jorjum