Vamos conduciendo por una carretera cuando observamos cómo ocurre un accidente delante de nosotros. No nos ha alcanzado, y tampoco se ha bloqueado la vía, por lo que podemos seguir circulando con normalidad. La pregunta que todos nos hacemos es:
¿Me paro? ¿Doy un aviso? ¿Tengo que asistir a las víctimas? ¿Cómo tengo que actuar en caso de accidente? ¿Me pongo el chaleco antes de salir del vehículo? ¿Qué pasa si no sé reanimar a una persona accidentada?…
El método PAS es un dispositivo de emergencia que recuerda el acrónimo Proteger, Avisar y Socorrer, orden en el que se ha de abordar un accidente en carretera. Aunque a lo largo de este artículo veamos varios casos más o menos concretos, al final del mismo hay fuentes con más información sobre cómo reaccionar si vemos un accidente en carretera.
Proteger el lugar del accidente, tanto a nosotros como a los accidentados
Los manuales de actuación y rescate basados en la cadena de la supervivencia Proteger-Avisar-Socorrer hablan en un inicio de proteger el lugar del accidente cuando nos topamos con él. En otras palabras, hacerlo más seguro de lo que es ahora de cara tanto a nosotros como a los posibles accidentados. Esto es algo que pasa por seguir circulando en según qué vías y accidentes.
Por ejemplo, imaginemos que circulamos a 120 km/h en el tercer carril (izquierdo) de una autopista, y que vemos cómo un vehículo revienta una rueda. Observamos cómo se detiene lentamente en el arcén derecho, donde hay mucho espacio para evitar molestar al tráfico. Hay varios motivos por los que no deberíamos detener el vehículo para proteger el lugar en este accidente:
- Si avanzamos por el tercer carril, resulta peligroso cambiar al de la derecha para detener el vehículo. Estaríamos poniendo nuestro coche en un peligro en el que no se encontraba previamente.
- El haberse detenido despacio y de manera controlada nos informa que no hay accidentados más allá del vehículo, y que estas personas pueden proteger la zona por sí mismas.
- Hay un arcén grande, lo que en parte hace más segura la zona, y razón de más para evitar detener nuestro vehículo y ayudar a los accidentados si estos no necesitan nuestra ayuda.
¿Cuándo sí hemos de pararnos a proteger? Cuando el accidente nos impida el paso (camión cruzado, vehículo en mitad de la vía…), estaremos obligados a detener el vehículo, eso es lógico. En este caso, podemos usar este hecho para protegernos a nosotros mismos mediante los warnings en primera instancia, y luego de nuevo a nosotros mismos si vamos a salir del vehículo para auxiliar a los accidentados colocándonos el chaleco reflectante.
Podemos detenernos si circulamos de modo tal que nuestra detención no afecta en demasía al tráfico ni nos pone en peligro (por ejemplo, una carretera convencional con poco tráfico), o cuando sospechemos de que los accidentados puedan necesitar ayuda externa incluso para dar el aviso.
En conclusión, debemos detenernos si el accidente es de gravedad y somos conscientes de la imposibilidad de los accidentados para protegerse o para dar el aviso, siempre y cuando podamos hacerlo con seguridad. Especialmente si hemos sido nosotros quienes han causado el accidente en cuestión o si nos hemos involucrado en él.
La protección arranca por hacernos visibles a nosotros mismos, es decir, disminuir el peligro potencial de que el primer accidente provoque un segundo accidente. Si nuestro vehículo queda detenido junto al arcén, suele recomendarse que los ocupantes se pongan el chaleco reflectante y crucen el quitamiedos. De ese modo quedan a salvo de cualquier posible impacto contra el vehículo detenido. Haremos lo propio con los accidentados del primer vehículo que puedan moverse con facilidad, una vez señalizados ambos coches.
Además, hemos de colocar el triángulo a 50 metros del vehículo más cercano a la dirección de la llegada de los vehículos, tanto si hemos detenido de manera voluntaria nuestro vehículo por delante del accidentado como si nos hemos detenido detrás. Si la carretera es de doble sentido, debemos colocar un triángulo en cada dirección con el objetivo de ser visibles.
Una buena cadena de acciones globalmente aceptada es, por orden:
- Estacionar nuestro vehículo fuera de la calzada si es posible.
- Ponernos el chaleco reflectante.
- Señalizar la zona afectada.
- Inmovilizar los vehículos accidentados.
- Impedir que se fume.
- Intentar recabar información.
- Hacer una composición del lugar, por si hay víctimas que no hayamos visto en un inicio.
Avisar a los servicios de emergencia
Una vez protegidos nosotros y los accidentados, podemos avisar a los servicios de emergencia. Este paso puede hacerse también si no hemos podido detenernos con seguridad o si, como copiloto o acompañante, tenemos libertad de movimiento mientras el conductor protege la zona.
En función de cómo sea la gravedad del accidente, se podrá llamar al 112 (emergencias) o 092 (policía local). Si dudamos, es mejor contactar con el 112, aunque en muchas ocasiones el accidente haya supuesto un mero golpe de chapa y un susto entre dos vehículos, y todos los accidentados se encuentran bien.
En estos casos, si estamos protegidos, las llamadas se pueden hacer a las distintas compañías de seguros, aunque no está de mal avisar a las autoridades locales para que limpien la vía de posibles restos del accidente, que se convierten en obstáculos en la conducción y suponen un peligro añadido.
Tanto si no somos capaces de socorrer a las víctimas como si disponemos de más personas de las necesarias, también podemos dar un aviso a la Comunidad Coyote a través de nuestro dispositivo. Así, estaremos previniendo a los futuros conductores que pasarán por la vía con el peligro. Esto es especialmente válido para conductores que circulen cerca del accidente y que puedan confirmar la alerta de otros coyotes previos.
Se suelen dar las siguientes pautas de actuación resumidas:
- Pedir ayuda al 112.
- Indicar el lugar exacto del accidente.
- Describir la situación.
- Decir cuántos heridos hay y su estado aparente.
- Identificarnos, y mantenernos al teléfono.
Socorrer a las víctimas del accidente
Probablemente, la parte más difícil al reaccionar por un accidente en carretera sea la de socorrer a las víctimas de carretera una vez nos encontramos con ellos. En parte, porque muchos no tenemos formación de primeros auxilios o de medicina necesarias, y podríamos empeorar la condición médica de los accidentados. ¿En qué consiste socorrer? ¿Tengo que sacar a las víctimas del vehículo y hacerles sentirse bien? Ni mucho menos.
Hay reglas genéricas y consensuadas que transcribimos a continuación:
- Nunca saques a la víctima del vehículo, salvo que su vida corra peligro inmediato (parada cardio-respiratoria, vehículo ardiendo….).
- Nunca quites el casco a un motorista accidentado, salvo si no respira, lo hace con mucha dificultad o ha vomitado (casco completo, en este caso).
- Nunca lleves a un accidentado al hospital en un vehículo particular, ya que podrías agravar su condición.
En caso de que tengamos que saltarnos alguna de estas normas básicas, es conveniente tener al otro lado del teléfono a los expertos del 112. Ellos nos darán instrucciones precisas de lo que ir haciendo, paso por paso, para que el accidentado sufra lo menos posible.
La seguridad en carretera es cosa de todos. Saber responder a un accidente en carretera de forma óptima resultar difícil si no tenemos formación específica, pero las pautas básicas de este artículo nos servirán para aumentar la seguridad en carretera y disminuir las víctimas mortales o heridos graves.
Información recopilada gracias a Cruz Roja, DGT, Ley Orgánica 10/1995 Título IX, De la omisión del deber de socorro. En los enlaces anteriores se dispone de más información con la que ampliar nuestros conocimientos.
En MyCoyote | Triángulos de seguridad en carretera: así es como se deben colocar
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