Ante la picaresca de los conductores de frenar justo antes de una cámara de control de velocidad y acelerar nada más salir del tramo vigilado, la DGT ha encontrado la solución. Para cazar a este tipo de personas ajenas a la seguridad vial y que solo tratan de evitar la multa, el organismo público ha desarrollado dos sistemas. Ambos difieren del clásico radar de tramo: con dos radares más o menos cercanos y que calcula la velocidad media que el conductor conduce por ese tramo.
Ahora la DGT sabe si el conductor pisa el freno de lleno justo antes de llegar a un radar, y es gracias a la utilización del radar cascada y del radar antifrenado. ¿Pero, qué diferencia hay entre los dos sistemas?
El radar de cascada: primero se coloca el radar fijo y luego el radar móvil
La DGT ha llegado a la conclusión de que la combinación de dos radares, uno fijo y otro móvil, es mucho más eficiente para descubrir si el conductor reduce la velocidad solamente para evitar la sanción por exceso de velocidad.
En el caso del radar de cascada, la DGT primero instala un radar fijo que el conductor conoce por la señalización viaria y la obedece empezando a frenar. Incluso, puede que llegue a dar un frenazo repentino que asuste al resto de conductores, con lo que aumenta el riesgo de siniestralidad. Luego, en cuanto el conductor salva ese tramo y se relaja, los hay que comienzan a acelerar a toda velocidad. Sin embargo, no se dan cuenta de que a unos metros o a unos kilómetros, las autoridades han colocado otro radar móvil que capta al conductor acelerando. De este modo, se destapa la frenada que realizó antes.
El radar antifrenado: primero se coloca el radar móvil y luego el fijo
En el radar antifrenado, el cinemómetro móvil se encuentra a unos metros antes del fijo y ya empieza a detectar la velocidad que alcanzan los conductores más imprudentes antes de llegar al radar fijo. Por lo tanto, la primera cámara ya caza a la persona que ha superado el límite máximo permitido en ese tramo de carretera.
La frenada brusca aumenta la siniestralidad
Las frenadas bruscas para que el radar no registre el incumplimiento, pueden costar más que una simple multa por exceso de velocidad. El hecho de poner en riesgo la seguridad de otras personas puede llevar consigo una infracción grave de 200 euros, aunque este acto temerario tiene que detectarlo un agente de tráfico. No obstante, si no existe peligro de accidente, siempre cabe frenar y reducir la velocidad para ajustarse a la señalización, según el artículo 53 del RD 6/2015 de la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial.
Coyote te ayuda a evitar multas al ubicar radares
El avisador de radares de Coyote en su versión GPS o su aplicación de móvil ayuda legalmente a que los conductores ubiquen los radares de control: los fijos procedentes de fuentes oficiales y los radares móviles de las aportaciones de la Comunidad Coyote con más de 5 millones de miembros.
Los avisadores de radares están permitidos y cuentan con el respaldo de la DGT. Como conductor, agradecerás que su tecnología te eche una mano a anticipar los radares, a saber los límites de velocidad, a fin de evitar frenadas repentinas. Así, conducirás de una forma más segura y evitarás multas.