El rojo de Ferrari, el amarillo de Lamborghini, el plateado de Mercedes… Siempre hemos tenido la creencia de que los colores claros y vivos son más propensos a los accidentes. Existen muchos mitos y falsas creencias, pero también estudios y encuestas que demuestran cierta relación entre los colores y la siniestralidad. ¿Influye el color con la accidentalidad y la conducción? La realidad es muy distinta a como la imaginamos.
Colores como el rojo y el amarillo tienen fama de acumular más accidentes, pero lo cierto es que están entre los que menos siniestralidad tienen. Un estudio de la Universidad de Auckland (Nueva Zelanda) asegura que los vehículos de color negro, marrón o verde son más propensos a los accidentes de tráfico que otros de color rojo, amarillo o gris.
El gris plata, además, es el color con menos siniestralidad, con un 50% de accidentes menos que otros como el blanco, el rojo o el azul. En la misma línea, la Universidad de Monash en Merlbourne (Australia) asegura que los vehículos blancos son los más seguros, poniendo en la otra punta de la balanza a los negros, los más propensos a los accidentes.
Todo parece indicar a que es un tema de visibilidad en la carretera. Colores como el rojo, el amarillo o el gris plateado son los más fáciles de ver y localizar en la vía. Por otro lado, los colores oscuros en general y otros como el marrón o el verde son más fáciles de confundir con el entorno. Especialmente de noche o en circunstancias de climatología adversa.
Esto podría desmontar el mito de que las aseguradoras establecen una prima mayor a vehículos de carrocería roja o amarilla, y por supuesto que lo pudiesen hacer por una cuestión de “personalidad” en la conducción. También niegan considerarlo como un mayor factor de riesgo por cuestiones de visibilidad, como sí lo hacen con factores como la antigüedad del coche o la experiencia del conductor.
Sí existen estudios como los de FACONAUTO que demuestran que determinados segmentos de la población tienen preferencias en unos colores u otros. Así, mientras que los varones prefieren los colores oscuros, las mujeres optan por otros más claros.
Sin embargo, si la mujer es mayor preferirá un tono más oscuro que denote más sobriedad y seriedad. Parece que los conductores más veteranos optan por colores como el negro, el marrón o el gris. En cambio, los más jóvenes tienen preferencia por colores vivos y claros, como el rojo o el naranja entre los chicos, o el beige y el plateado las chicas.
Retomando la pregunta del inicio del artículo, parece que el color que escojamos podría denotar determinados rasgos de nuestra personalidad. Así lo defiende la compañía de leasing Arval, que argumenta que:
El rojo parece que sigue estigmatizado como el color favorito de los conductores más impulsivos y agresivos al volante, muy asociado también a los más jóvenes. La Universidad Carlos III de Madrid prefiere hacer un análisis más simplificado, afirmando que los conductores que asumen más riesgos al volante, optan por colores vivos, mientras que los más comedidos eligen tonos más discretos.
Todo parece indicar que el color está relacionado con el tipo de conductor de forma muy leve y con una estadística demasiado variable y tenue. Lo que está claro es que la visibilidad de otros vehículos supone una mejora en la seguridad de la conducción.
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Patrick
Elena Moreno (Coyote)