Ciudades de todas partes de nuestro país como Pontevedra, Sabadell o Zaragoza ya han apostado por el 30. Reducir el límite de velocidad máxima de 50 a 30 kilómetros por hora se ha convertido en una de las medidas estrellas de los planes urbanísticos y de movilidad, por su fácil implantación y la eficacia que ha demostrado, así como por el consejo de la DGT. Veamos cuáles son las principales ventajas de adoptar esta limitación.
Reducir la velocidad a 30 km/h limita los atropellos
El principal argumento para reducir la velocidad máxima a 30 kilómetros por hora en los entornos urbanos es por la reducción que supone, tanto en el número de atropellos como en la gravedad de los mismos.
Son muchas las instituciones que defienden esta reducción (entre ellas la DGT) y muchos los estudios que lo avalan. En general, se estima que reducir un 5% la velocidad media del tráfico, supone reducir un 10% el número de accidentes con heridos y hasta un 20% los atropellos mortales.
Esto se debe principalmente a que la distancia de frenado de un vehículo medio se reduce de 36 metros a tan sólo 15. La diferencia no es para nada desdeñable, y la convierte en una medida ideal para entornos con gran afluencia de peatones como zonas residenciales, colegios, hospitales, residencias de mayores, calles comerciales, etc.
A menor velocidad, menor contaminación
Ayuntamientos como el de Madrid tienen claro de cara a sus protocolos anti contaminación que para evitar emitir más partículas a la atmósfera se deben evitar las altas velocidades. Como ejemplo, cuando uno de estos protocolos se activa, se reduce la velocidad máxima permitida en la Calle 30 de 90 km/h a 70 km/h.
En ciudad es frecuente conducir en marchas cortas (primera, segunda y tercera) debido a que los semáforos, los pasos de cebra, el resto de usuarios de la vía y la velocidad máxima hasta la fecha (50 km/h) nos impiden hacer uso de marchas largas (cuarta, quinta o sexta). Si observamos el siguiente diagrama del Manual de Conducción Eficiente del Ministerio de Economía, nos encontramos con que a velocidades más altas el consumo (y por tanto la contaminación) se disparan con la velocidad. Esto es debido, en parte, a que la energía necesaria para mantener la velocidad de un objeto crece con el cuadrado de la velocidad.
Además, en entornos urbanos el mayor demandante de combustible es el constante arrancar-acelerar-frenar-acelerar que revoluciona los motores y hace la conducción menos eficiente. Es por ello por lo que, limitando la velocidad máxima a 30 km/h, se reducirán de manera considerable los tramos de aceleración y frenada, haciéndonos conductores menos agresivos y más eficientes.
Los 30 km/h fomentan un tráfico más pacífico
La reducción del límite de velocidad a 30 kilómetros por hora no es algo nuevo, y ya lleva décadas implantándose en ciudades de todo el mundo. En muchos de estos casos se ha comprobado cómo el tráfico se ha vuelto mucho más fluido. El que los vehículos lleven una velocidad menor facilita el cambio de carril, así como la entrada en las rotondas, haciendo más eficientes las infraestructuras urbanas.
Infraestructuras, normativas y tecnología, de la mano, mejoran la fluidez del tráfico y la seguridad. Por ejemplo, los dispositivos de navegación de Coyote nos muestran con antelación los distintos cambios de carril e indicaciones; así como información en tiempo real sobre el estado del tráfico, atascos más adelante e incluso de avisos que podrían minar la seguridad como la existencia de objetos en la vía.
Todo lo anterior se alinea para construir un tráfico más pacífico que incentiva otros medios de transporte como la bicicleta, que a su vez descongestiona el tráfico urbano. Si optas por este medio de transporte, también es de suma utilidad el uso de dispositivos de navegación anclados al manillar con fijaciones específicas, como este compatible con el Coyote Mini.
Un tráfico más calmado no solo invita a pedalear, también invita a caminar. Al haber menos ruido y menos tráfico, la ciudad se vuelve más tranquila y aumenta la sensación de seguridad al cruzar las calles, pasar por los aparcamientos, pasear por los bulevares… Todo ello puede suponer un importante incentivo al turismo y la economía local al mejorar el ambiente para sentarse en las terrazas, ir de compras de tienda en tienda, o visitar monumentos al aire libre.
Recuerda que tanto si usas el coche por ciudad como la moto o incluso la bicicleta, puedes probar de manera gratuita la aplicación de Coyote durante 15 días haciendo clic aquí.
En MyCoyote | La DGT propone circular a 30 km/h en calles urbanas
Imágenes | iStock/KevinAlexanderGeorge, IDAE
Y l agente podría usar sus patinetes eléstricos o cualquier otro medio de transporte respetuoso con el medio ambiente sin tener que perder la apuesta por un mundo más limpio y Eco.Lógico. Menos humos, menos prisas y más diversidad en movilidad urbana y no perder su única posibilidad de movilidad por cuestiones que s epodrían solucionar fácilmente con una legislación má slógica, de presente, evolutiva.