Con la reforma de la Ley de Tráfico de 2014 se produjo un cambio significativo en lo que respecta a los diferentes dispositivos que facilitan información a los conductores sobre los radares que se pueden encontrar en la carretera. Estos dispositivos pueden ser de tres tipos: inhibidores, detectores y avisadores.
En cuanto a los inhibidores, siempre han sido ilegales. Además de estar prohibidos desde antes de la reforma de la Ley de 2014, los conductores que hagan uso de ellos se enfrentan a multas de 6.000 euros y pérdida de 6 puntos de su carnet, independientemente de que el dispositivo esté en funcionamiento o no. Además, para el taller instalador, la multa puede ascender hasta los 30.000 euros. Esto es así debido a que el inhibidor, como su propio nombre indica, impide el normal funcionamiento del radar.
Por qué es ilegal un detector de radar y no un avisador
Asimismo, según el cambio de normativa introducida por la Ley de Tráfico de 2014 y como explica la DGT en su nota de prensa al respecto, “se prohíbe expresamente el uso de los detectores de radar o cinemómetro, aquellos aparatos que interfieren con el sistema radar, no así los que exclusivamente informan de la ubicación de los mismos”.
La principal diferencia entre los detectores y los avisadores para Tráfico está en que los primeros tienen como objetivo únicamente eludir la vigilancia del tráfico y el cumplimiento de los límites de velocidad. Aunque está permitida su venta, el uso de los detectores de radares está prohibido y penalizado con una multa de 200 euros y detracción de tres puntos del carnet, aunque el agente sancionador tendrá que dar fe de que el dispositivo estaba conectado y en uso.
Los detectores utilizan la detección de las ondas que emiten los radares para avisar a los conductores de su existencia y que reduzcan la velocidad en caso de que superen la permitida en la vía. Por ejemplo, en el caso de los radares fijos de la DGT, se han montado y señalizado más cabinas que radares hay disponibles.
Esto significa que no todos los puntos que están señalizados como radar fijo, tienen el cinemómetro, el aparato que mide la velocidad del vehículo en su interior. La DGT va moviendo los radares por las diferentes cabinas en función de las circunstancias y necesidades de gestión del tráfico. Un avisador de radar siempre nos advertirá de que hay un radar, independientemente de que esté o no dentro el cinemómetro, pero el detector, si no detecta las ondas del aparato en funcionamiento, no nos avisa. Además, los detectores son ineficaces contra los nuevos radares móviles de tecnología láser, al no basar su funcionamiento en un sistema de ondas.
Esto tiene un problema fundamental. Por un lado, al tener que depender de la detección de ondas, el detector de radares nos avisa más tarde, por lo que si se supera la velocidad de la vía el conductor tiene menos tiempo para frenar, lo que puede resultar peligroso, e incluso provocar accidentes por alcance. Esto precisamente va en contra de lo que la administración quiere conseguir con la implantación de un radar: mejorar la seguridad vial.
En el caso de los avisadores, que no detectan ni inhiben frecuencias, geolocalizan los radares utilizando bases de datos oficiales de la propia DGT, Servei Català de Transit, Gobierno Vasco, Ayuntamientos y en algunos casos de fuentes no oficiales, como foros especializados para avisarnos de radares fijos, de tramo y de semáforo. De este modo, informan con más antelación al conductor para que regule su velocidad.
Por lo que respecta a los radares móviles, la mayoría de los avisadores de mercado recopilarían las posiciones de controles frecuentes y avisan a los conductores haya o no un radar móvil en este momento. Solo unos pocos incorporan mecanismo de comunicación en tiempo real mediante un sofisticado sistema de transmisión de datos (tarjeta SIM incorporada), que permite a los usuarios comunicarse entre sí e informar a los demás de la presencia de un control de velocidad de manera colaborativa. El beneficio de estos avisadores en tiempo real basado en una comunidad de usuarios redunda en la precisión y fiabilidad de los avisos que reciben los miembros, evitando falsas alertas que terminan siendo molestas.
En los últimos años, hemos visto nacer una nueva categoría de productos llamados “Asistentes a la conducción”, que completan las alertas de radares móviles en tiempo real con aquellas otras relacionadas con el estado de la carretera y posibles situaciones de riesgo como son: un frenazo repentino, un objeto en la vía, una obra, visibilidad reducida o vehículo parado en el arcén… para permitir a los conductores anticipar los peligros para una mayor seguridad. Estos dispositivos de asistente a la conducción se posicionan como elementos de seguridad pasiva claves para la mejora de la seguridad vial como refleja el Estudio sobre Tecnología y hábitos de conducción llevado a cabo entre 1.000 personas por la Asociación DIA de Víctimas de Accidentes.
Asistentes a la conducción Coyote
¿En qué países están prohibidos los detectores?
Uno de los datos más curiosos que surgen cuando se habla de detectores es comprobar como muchos de sus usuarios desconocen que su uso es ilegal. De acuerdo con la encuesta realizada por la Asociación DIA de Víctimas de Accidentes, el 70% de los usuarios de detectores de radares españoles desconoce que su uso es ilegal. Pese a la prohibición, casi el 10% de los encuestados reconoce la utilización de este dispositivo, mientras que la cifra se reduce al 1% cuando se trata de inhibidores.
Mientras que en Inglaterra son legales, los detectores de radares están prohibidos de usar, al igual que en España, en la mayoría de países europeos, como Francia, Alemania, Portugal, Bélgica o Holanda. En otros países, como Turquía, Chipre, Macedonia o Suiza, todos los sistemas de avisos de radares de tráfico son ilegales, por lo que si tenemos que conducir por alguno de ellos tendremos que desactivar esta funcionalidad de nuestro asistente a la conducción.
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