Si hace unos años se hablaba de sistemas tales como ABS, ESP o airbag, de un tiempo a esta parte han surgido nuevas herramientas para mejorar la seguridad al volante. Haciendo uso de cámaras, láseres o radares, los coches nos ayudan a tomar mejores decisiones.
Muchas de las decisiones todavía siguen en la mano de los conductores, aunque otras (como la frenada automática) han sido incorporadas al sistema del vehículo para evitar accidentes. Hacemos un repaso por algunas de las últimas tecnologías en seguridad al volante que deberían incluir todos los coches.
Asistente de mantenimiento en carril
Con demasiada frecuencia, los conductores nos distraemos para acabar invadiendo el carril de al lado, poniendo al resto de usuarios de la vía en peligro. Para evitarlo, se ha desarrollado el asistente de mantenimiento en carril.
Este mecanismo es algo complejo, porque depende de varios sistemas: uno que reconoce visualmente (con una cámara) por qué carril vamos, y otro que está enlazado a nuestros intermitentes. Cuando el sistema comprueba que estamos cambiando de carril sin intermitente, lo detecta como un acto involuntario y corrige nuestra dirección en los casos más avanzados.
Sistema de control del ángulo muerto
Disponer de una buena visibilidad mientras conducimos es fundamental para garantizar nuestra seguridad. Los retrovisores están ahí precisamente para aumentar nuestro campo de visión. Sin embargo, los ángulos muertos son pequeñas verticales visuales en las que podemos perder la referencia de un vehículo que circule cerca de nosotros.
Hay bastantes soluciones de cara a minimizar o eliminar el ángulo muerto: espejos más grandes, espejos de varios tramos e incluso soluciones más modernas, como láseres, radares o cámaras. Todo por una mayor seguridad al volante.
Una de las mejores alternativas es el avisador de ángulo muerto. Un sistema que detecta mediante un radar de que hay un vehículo en nuestro ángulo muerto, y nos alerta para que no invadamos su carril.
Reconocimiento de señales de velocidad y adelantamiento
¿Cuántas veces nos hemos preguntado «¿A qué velocidad máxima puedo circular por aquí?»? Hace ya bastantes kilómetros que vimos un cartel de velocidad y no recordamos la cifra. Si aceleramos, corremos el riesgo de incurrir en una multa si tenemos cerca un radar, pero si frenamos podemos generar las condiciones perfectas para un accidente, al no esperar el resto de vehículos nuestra velocidad.
La idea tras esta tecnología es que una cámara vaya capturando la última señal de velocidad y posibilidad de adelantamiento. De este modo, nosotros tendremos siempre una información actualizada de la máxima.
En los dispositivos Coyote esta velocidad aparece siempre en la pantalla del navegador, independientemente del vehículo que estemos usando.
Detección de sueño o fatiga
Hemos hablado en alguna ocasión de cómo la fatiga y el cansancio pueden convertirse en la semilla de un susto al volante. De ahí que coger el coche descansados sea clave para nuestra seguridad. No obstante, a veces no percibimos nuestro propio agotamiento. Para resolverlo, siempre se puede contar con un detector de sueño o fatiga.
Se trata de un mecanismo con varios sensores en el volante que cuenta cuántas veces por minuto el conductor realiza pequeñas correcciones en la dirección. Si detecta que no estamos controlando el volante, emitirá una leve vibración para despertarnos. Momento en el que sería aconsejable que paremos a descansar.
Cámaras frontales y traseras
Imaginemos que vamos a girar hacia una calle con poca visibilidad. Mientras que, como conductores, nuestros ojos están en la vertical del asiento (del volante, si tratamos de asomarnos), una cámara frontal podría ver a metro y medio o dos metros por delante.
La cámara podría transmitir a nuestro navegador el estado de la vía, y efectuaríamos la maniobra sin preocupación y con total seguridad.
Advertencia de sentido contrario
Es quizá uno de los sistemas menos frecuentes, pero se trata de un aviso importante para aquellos conductores que se han equivocado en el sentido de la carretera. Este sistema usa el GPS para identificar si nos vamos a incorporar a una carretera de sentido contrario, y nos avisa en consecuencia.
Algo que suele achacarse a conductores que han abusado del alcohol, pero que también puede deberse a un despiste.
Alcolock: si bebes, no arranca
A veces hemos de protegernos de nosotros mismos y de nuestros actos previos, como lo son el consumo de drogas, alcohol u otras sustancias. Resulta imposible poner un control de alcoholemia en cada punto de las carreteras, pero no lo es tanto incluir una barrera al arranque de cada vehículo.
Alcolock es un sistema que solicita al conductor que sople en una boquilla al estilo de los etilómetros de la Guardia Civil. Si se supera la tasa, el coche no arranca. Según la OMS, el alcohol es el responsable del 30 al 50% de las víctimas ocasionadas por un accidente de tráfico.
Tal fue su importancia que en 2015 apareció la primera mención en el Código Penal, y desde entonces ha sido frecuente su inclusión.
Sensores de presencia de peatones o reconocimiento de objetos
Este es uno de los sistemas más complejos debido a lo pequeños que pueden ser los objetos detectados, tales como cajas en mitad de la vía, neumáticos e incluso personas. Algo muy útil en ciudades, pero también en autopistas por las que cruzan (mal) algunas personas con frecuencia. O sobre las que hay restos de accidentes.
Detectar los objetos de la vía ayuda al conductor que los ha descubierto, pero el resto de vehículos que le siguen quedan ciegos ante el peligro. De ahí que en sistemas como Coyote sean los propios conductores los que avisen a los que vienen detrás para informarles del peligro.
Control de velocidad adaptativo con distancia de seguridad
Los controles de velocidad (velocidad de crucero) son herramientas muy extendidas en los vehículos más modernos. Su empleo puede librarnos de más de una multa. Basta con configurar la velocidad a la que el coche ha de circular para que se mantenga en esa cifra hasta que pisemos el freno.
Si lo hacemos, el sistema se desactiva para nuestra seguridad. Sin embargo, los primeros modelos carecían de un sistema que actuase ante la distancia de seguridad. Por ejemplo, si nos incorporamos a un carril saturado o nos acercamos mucho al vehículo de delante.
Sistemas anticolisión y frenado automático
De cierta semejanza a las soluciones anteriores, pero independientemente de la velocidad o del tipo de objeto, están los sistemas anticolisión y de frenado automático.
En este caso, el vehículo toma las riendas para evitar un accidente, tanto si somos nosotros los que vamos a darnos contra un muro como si el muro somos nosotros y hay un peatón al que no hemos visto. Si se incluyera este sistema en todos los vehículos, los atropellos serían cosa del pasado.
Servicios conectados de ayuda a la conducción
La tecnología nos ayuda a tener controladas aquellas situaciones que no podemos prever como conductores, o aquellas que como humanos tenemos pocas posibilidades de hacer frente. Pero tener la posibilidad de avisarnos entre conductores y colaborar en la generación de información sobre incidencias de tráfico (también llamado crowdsourcing) aumenta (mucho) tanto nuestra seguridad al volante como la seguridad del resto de conductores.
Este método solidario de colaboración que propone Coyote, nos permite compartir información sobre la presencia de un atasco, un vehículo averiado, una obra o unas condiciones meteorológicas adversas y comunicarla en tiempo real a todos los usuarios del servicio. De esta manera podemos anticipar estas situaciones de riesgo, adaptar nuestra conducción, optimizar nuestro trayecto e incluso ahorrar en multas.
La mejor herramienta al volante es siempre un conductor responsable al volante. De nada servirá contar con la última innovación si retiramos la principal pieza de la seguridad en carretera.
En Coyote | Cinco motivos para elegir y comprar un avisador
Imágenes | iStock/zenstock, iStock/shansekala, iStock/clsgraphics, iStock/zenstock
Todo me parece genial, pero los coches hoy en día llevan mucha seguridad, son más potentes, yo me preguntó, como puedo cojer un avión e ir a 100kh, a eso le añadimos las buenas carreteras. Propongo que no gasten más dinero en carreteras, si después no podemos ir un poco más aprisa dependiendo el vehículo que llevemos. No con eso quiero decir que vayamos como locos, pero ejemplo autovía a 120 eso hoy en día es quemar el coche, al menos 130 y así sucesivamente.
Muy bien, todas estas herramiens de seguridad tendrian que ser obligatorias en los vehiculos y asi se evitarian tantas muertes, ¿ No vale las vidas que se pierden, que no tengan estos sistemas de seguridad?
Es muy probable que acaben siendo obligatorias como lo hoy es el cinturón. Recordemos que en su momento, este cinturón fue un capricho.
Muchas gracias por comentar, Emilio.