La norma Euro 7 es un proyecto de norma anticontaminación destinada a regular las emisiones contaminantes de los vehículos de motor en Europa. Este dispositivo debía entrar en vigor el 1 de julio de 2025, pero el pasado marzo se consideró la posibilidad de aplazarlo 4 años. El 9 de noviembre de 2023, los eurodiputados finalmente aprobaron la norma Euro 7, aunque proponiendo una versión minimalista bastante menos exigente para los fabricantes de automóviles. Explicaciones.
Hecha pública en noviembre de 2022 por la Comisión europea, la norma anti-contaminación Euro 7 preveía unas ambiciosas disposiciones para reducir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y de partículas finas de los vehículos motorizados en Europa. Después de varios resurgimientos, el nuevo reglamento fue finalmente aprobado en el Parlamento europeo, en Bruselas.
Pero esta nueva versión ya levantó numerosas críticas. ¿La razón de estas críticas? El texto adoptado contiene medidas mucho menos ambiciosas que las que se anunciaron inicialmente con la norma Euro 7. Una versión aligerada, que, en cambio, justamente responde a las expectativas de los fabricantes de automóviles, que consideran el dispositivo «irrealizable».
Para varios eurodiputados favorables a la primera versión de la norma Euro 7, el nuevo texto no es más que una versión (muy) levemente mejorada de la norma Euro 6. Es verdad que los cambios aportados por la segunda versión han supuesto una revisión fuertemente a la baja de los objetivos iníciales de la norma.
Como recordatorio, el reglamento imponía inicialmente una disminución del 35 % de las emisiones de óxidos de nitrógeno de los vehículos privados. Un objetivo que, de momento, estará lejos de ser alcanzado.
A pesar de los numerosos aligeramientos realizados, la nueva versión adoptada por el Parlamento europeo prevé una novedad en materia de regulación de las emisiones contaminantes. En efecto, la norma Euro 7 debería instaurar nuevas medidas para limitar las emisiones de partículas originadas en los frenos y neumáticos: límite fijado en 7 mg/km de PM10 hasta 2034 para los frenos y luego bajado a 3 mg/km. Emisiones que hasta ahora no se medían.
Por otra parte, en materia de emisiones contaminantes, los vehículos pesados deberían ser sometidos a exigencias más estrictas: el umbral de 350 mg/kWh no superable para arranque en frío y de 90 mg/kWh para arranque en caliente, es decir, una reducción del 56 % de las emisiones de óxidos de nitrógeno.
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