Aunque no es frecuente, siempre cabe la posibilidad de tener un pinchazo en carretera, incluso si tenemos los neumáticos en buen estado de mantenimiento. Este pinchazo puede ser lento (la rueda se desinfla poco a poco) o rápido, dándonos un susto. ¿Sabes cómo responder ante un pinchazo en carretera? Te damos las claves.
En carretera, más vale prevenir que curar, por lo que un mantenimiento adecuado es clave. Eso evitará que algunos pinchazos leves se conviertan en un reventón a gran velocidad. Sin embargo, los imprevistos ocurren.
Es posible que ni siquiera lo notemos. Un clavo, un error de fábrica o un llantazo puede hacer que nuestro neumático pierda aire poco a poco. Si tenemos un vehículo de última generación quizá recibamos un aviso por presión baja (e incluso fuga) que nos ayude a comprender el problema. Pero si no, notaremos cómo la dirección se vuelve ligeramente más dura y que el vehículo se lleva algo peor.
Estos síntomas no son únicos de un pinchazo, y requieren que detengamos el vehículo en cuanto podamos, siempre teniendo en cuenta nuestra seguridad y la del resto de usuarios de la vía.
Si estamos en carretera o autopista, y no queremos detener el vehículo y crear una situación insegura, siempre podemos reducir la velocidad de manera progresiva (sin frenazos), activar los warnings y conducir por el arcén o pegados a la derecha. Recuerda que las luces de emergencia serán obligatorias si bajas de la mitad de la velocidad máxima permitida. Por ejemplo, si avanzas a 50 km/h en una vía de 120 km/h. Así, avisarás al resto de vehículos de que has tenido una avería.
Más peligroso es circular, escuchar un golpe seco y perder durante un segundo el control del vehículo porque alguna de las ruedas haya perdido toda la presión. Es lo que ocurre ante un reventón que ha podido ser causado por un mal estado de la rueda, un objeto en la vía e incluso por temperaturas extremas.
No es frecuente, pero hemos de saber reaccionar, especialmente en vías rápidas:
Una vez estacionado el vehículo, podemos aprovechar que tenemos las manos libres para dar una alerta al resto de conductores (y a la DGT) de que nuestro vehículo se encuentra detenido junto a la vía. También podemos activar la señal SOS de nuestro Coyote, que nos dará nuestra posición exacta y nos permitirá contactar con emergencias.
Si nos encontramos en buen estado y vemos que es seguro cambiar nosotros mismos la rueda, podemos hacerlo siguiendo las siguientes instrucciones:
Antes de salir del vehículo, nos ponemos el chaleco reflectante. Es obligatorio llevar uno, pero si no lo tenemos lo mejor es avisar a nuestra compañía de seguros para que se hagan cargo del cambio de ruedas o la retirada al taller.
En el caso de que viajemos con más personas, es una buena idea que estas esperen al otro lado del quitamiedos, por seguridad. Si vamos a cambiar la rueda o el vehículo va a estar inmovilizado un tiempo, colocaremos el triángulo de seguridad a 50 metros.
Antes de elevar el coche con el gato, usamos la palanca para aflojar los cuatro o cinco tornillos con los que la rueda se mantiene sujeta al eje. Así evitaremos que esta gire. Tras ello, colocamos el gato en el bastidor y cerca de la rueda pinchada y elevamos unos centímetros el coche. Basta con que el neumático deje de tocar el suelo.
Ahora ya podemos retirar los tornillos, quitar la rueda (teniendo especial cuidado de colocarla en horizontal para evitar que avance) e instalar la nueva rueda. Una vez colocados los tornillos, bajamos el coche y los apretamos usando la palanca. Recuerda apretarlos siempre después de bajar el vehículo.
Un pinchazo, especialmente en carretera, es una situación anómala que puede darnos un susto, e incluso provocarnos cierto miedo a volver a conducir. Un mantenimiento adecuado minimiza que una situación similar vuelva a repetirse y siempre es buena idea dar avisos de que un vehículo ha sido detenido.
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