Conducir bajo una lluvia intensa, en plena nevada o en medio de una densa niebla puede ser muy estresante. La visibilidad se reduce drásticamente, las distancias de seguridad disminuyen y el riesgo de accidente aumenta. Es precisamente en estas situaciones cuando las luces antiniebla desempeñan un papel esencial. Pero la clave está en saber cuándo y cómo utilizarlas correctamente, ya que un mal uso puede resultar molesto para otros conductores e incluso sancionable.
En este artículo te contamos todo lo que debes saber sobre las luces antiniebla y cómo usarlas de forma adecuada para conducir con mayor seguridad en cualquier condición meteorológica.
Las luces antiniebla delanteras no son obligatorias en todos los vehículos, aunque la mayoría de los coches actuales sí las incorporan. Su luz blanca, más baja y amplia que la de cruce, está diseñada para iluminar la calzada de manera más efectiva cuando la visibilidad es reducida.
En cuanto la visibilidad vuelve a ser normal, o si se circula de noche por carreteras despejadas. Dejarlas encendidas sin necesidad puede deslumbrar a otros conductores.
A diferencia de las delanteras, las luces antiniebla traseras (rojas) son obligatorias: todos los vehículos deben llevarlas. Debido a su potencia, pueden resultar molestas o incluso peligrosas si se utilizan fuera de los casos permitidos.
En cuanto mejora la visibilidad. Circular con las luces antiniebla traseras encendidas cuando no es necesario puede deslumbrar a los vehículos que circulan detrás. Para una conducción aún más tranquila, equipa tu coche con la app Coyote, que te alerta en tiempo real sobre las condiciones del tráfico, zonas de riesgo y peligros en la carretera.
En España, la normativa es clara:
La conclusión es sencilla: usarlas con responsabilidad evita multas y aumenta la seguridad.
Para profundizar en el tema, consulta nuestro artículo sobre los Luces del Coche.
Además de utilizar correctamente las luces, conviene adoptar otras precauciones:
Las luces antiniebla son aliadas indispensables cuando se utilizan correctamente: las delanteras para mejorar la visión y las traseras para ser visto en condiciones extremas. La regla fundamental es clara: encenderlas solo cuando las condiciones lo requieren y apagarlas en cuanto mejora la visibilidad.
¡Te seguiremos contando más en el blog de Coyote!